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El periódico La Hora entrevistó a Luis Jorge Garay sobre el rol del Estado y el activismo en Guatema


El periódico La Hora de Guatemala entrevistó a nuestro Director Científico Luis Jorge Garay. Durante la entrevista, Luis Jorge y el periodista Douglas Gámez discutieron acerca de la cooptación del Estado guatemalteco, el caso de la CICIG, la importancia de las movilizaciones ciudadanas, entre otras cosas.

 

Un conocedor de las cooptaciones habla de nuestra coyuntura.

El colombiano Luis Garay, experto en temas relacionados a la captura y cooptación del Estado, enfatizó que para que Guatemala salga de la problemática que aqueja a su institucionalidad pública debe robustecer el sistema de justicia, al considerarlo una piedra angular para el cambio del sistema, sin dejar de lado la importancia que tiene el papel de la ciudadanía.

Luis Garay posee estudios en ingeniería industrial, tiene un magister y doctorado en Economía en Estados Unidos. Trabajó como economista en varias instituciones colombianas y como profesor en dos universidades de Inglaterra.

En el transcurso de los años se inmiscuyó en otras áreas de estudio, en especial las relacionadas a las ciencias sociales, sociología y filosofía del derecho.

Trabajó en los campos de economía, macroeconomía, hasta abordar diferentes temáticas, entre ellas, la captura y cooptación del Estado y las instituciones, así como los procesos de victimización en el conflicto armado de Colombia y derechos humanos.

Esta semana visitó Guatemala para ser parte del seminario “Los desafíos del desarrollo y la democracia en Guatemala: la cooptación del Estado”, organizado por la Universidad Rafael Landívar y conversó con La Hora sobre generalidades de la temática y los recientes casos en los que se han evidenciado intentos por frenar la lucha anticorrupción, lo cual relaciona a expresiones de cooptación del Estado.

¿Qué es la cooptación del Estado?

La teoría criminológica y penal tradicional ve el crimen de una manera sencilla, hay un victimario que comete un delito sobre una persona a la que le provoca perjuicio y daño. Hay una casualidad del victimario hacia la víctima, es un evento casual y aislado.

En el mundo real, el crimen y la ilegalidad se han sofisticado. No podemos hablar sobre un crimen individual aislado, sino sobre una cadena sistemática de crimen e ilegalidad mediante la cual participan múltiples agentes que cometen hechos delictivos abiertamente, a veces grises, es decir hechos que no necesariamente son penalizados judicialmente, pero que no son verdaderamente legales, es un resquicio por donde entran muchas de las acciones de redes ilícitas y corrupción.

En la medida que se han sofisticado y complejizado el crimen y lo ilícito en el sistema capitalista moderno, entonces debemos entender las estructuras criminales o ilícitas, cómo es que se organizan para poder hacer un conjunto de actos ilícitos y lícitos también.

Algo que se aprendió desde la incursión de la mafia italiana, es que mafia sin Estado no puede existir, el Estado se convierte en el centro de actuación por el cual pasan directa o indirectamente muchos de los actos ilícitos y a veces abiertamente criminales.

¿Por qué el Estado es fundamental para las redes criminales?

El crimen sin Estado y sin sociedad o parcelas de la sociedad no es sustentable, lo ilícito es un caldo de cultivo que se produce en ámbitos del Estado y la sociedad, es decir, no es algo aislado de la sociedad.

A raíz de eso empezamos a estudiar los procesos en los que interviene la institucionalidad pública o privada en procesos de corrupción sistémica, es decir involucra a múltiples agentes e instituciones en nuestras sociedades.

Encontramos que dado que el Estado es una institución clave para la criminalidad, entonces se introdujo un concepto que se llama la captura del Estado, dado que la criminalidad requiere del Estado para unos propósitos claros, hay una intencionalidad de capturar el Estado, de utilizar desde afuera el poder corruptor e ilegal sobre agentes o instituciones para que se emitan leyes, normas o acciones que favorezcan sus intereses criminales.

Las reformas emitidas la semana pasada por el Congreso para evitar sanciones por financiamiento electoral ilícito ¿Es una muestra de la cooptación del Estado?

Cooptación del Estado es desde los eventos más sencillos, como pagar coima a un policía para que no te detenga, a algo mucho más complejo que es intervenir en entes del Estado al más alto nivel para emitir normas, en este caso el Congreso de la República, lo que representa capturar y luego cooptar miembros del Legislativo para que se emitan normas que los favorezcan a ellos, pero también algunos actos y agentes que hacen hechos ilícitos o ilegales de corrupción.

El fenómeno de la captura y cooptación se vuelve en uno de los elementos centrales en el crimen organizado, en el crimen más complejo y estructural, en ese crimen a diferencia de la teoría tradicional no todos son criminales. Es importante entender que hay crimen en donde no hay criminales de tiempo completo, sino que son agentes sociales que interponen sus acciones para beneficiar su poder contrario al interés público.

Hay una complejización del crimen, ya no es el crimen del libro de texto en el que un pistolero mata, hay otras formas de intervención, que es el usufructo del poder con intereses ilícitos abiertamente en algunos casos criminales.

Es un caso de cooptación -las reformas promovidas por el Congreso de Guatemala- porque hay una interrelación desde el Estado con agentes no necesariamente criminales, una relación mutua que ejerce en esos congresistas su acción institucional de emitir leyes y normas, pero que pueden favorecer indebidamente sin la transparencia social verdadera intereses de terceros o incluso propios, eso se llama una cooptación de una institucionalidad, en este caso podría ser el Congreso de Guatemala.

En el contexto internacional ¿Qué características identifica en Guatemala distinto a otros casos estudiados?

El caso de Guatemala tiene algunas características particulares, yo destacaría que ha habido un proceso de concienciación pública en los últimos dos años muy notable, que solo se ha visto en el caso de Brasil y que no se dio en Colombia, que es que la población o grupos de la población empiecen a manifestarse en contra de los procesos de corrupción y cooptación del Estado, inicialmente dirigidos a las personas, Presidente, congresistas que están siendo directamente involucrados en estos casos de corrupción sistémica en la institucionalidad pública del Estado y privada, -aunque- esto no es solo del Estado.

El caso cooptación del Estado revelado por la CICIG y MP se enfocaba principalmente en el Ejecutivo, ¿Lo sucedido la semana pasada es una cooptación del Congreso?

Exactamente, de lo que he visto de lo que pasó la semana pasada es un caso de cooptación del Estado a favor de intereses particulares que no responden a una moral pública, sino a satisfacer ciertos intereses que no son transparentes o necesariamente legales.

El caso de Guatemala es muy importante resaltar la movilización popular que se está procediendo a dar, como una expresión de que hay una conciencia y un rechazo moral por la corrupción sistémica, eso no se está dando en otros países, por lo cual es interesante ver los pasos de esta eventual transición guatemalteca hacia dónde se dirigiría, porque la clave es trascender los episodios coyunturales que estamos viviendo para ir creando una erradicación de prácticas sociales no transparentes, clientelares de corrupción y otras formas de apropiación de intereses colectivos por grupos poderosos individuales que llevan a que tenga que haber una movilización social, para generar nuevas pertenencias políticas, ideológicas y prácticas sociales más democráticas.

Y eso es un proceso que puede darse en Guatemala, ojala se dé, porque las bases se están sentando de una conciencia que entiende que la corrupción sistémica no es aceptable en sistemas democráticos, pero son procesos de transición complejos, largos, difíciles, contradictorios, conflictivos, que tienen muchos intereses y poderes en contra.

¿Qué papel tiene la sociedad en estos momentos ante la cooptación del Congreso? ¿Este Congreso ya no puede conocer más cambios?

En la medida que se establezca procesos complejos y profundos de cooptación de la institucionalidad y del área privada, de ciertos sectores y empresas; una cooptación también se da con presencia, complicidad de sectores privados, no es solo de funcionarios, entonces muchos de estos funcionarios y agentes sociales han sido electos popularmente y supuestamente en un régimen democrático.

En nuestros países por tradición, hay unas raíces profundas clientelares, que son raíces que no corresponden a una práctica verdaderamente democrática, los partidos y movimientos no reflejan propósitos colectivos de proyectos de país, sino más que nada están intermediados por intereses particulares clientelares.

Muchas veces los votantes a la espera de una respuesta clientelar votan por determinadas personas, eso es una fuente de legitimación de lo que va sucediendo en la captura y cooptación del Estado, lo que uno constata es que estas formas sistémicas como lo es la corrupción entran en procesos democráticos y por eso es que toca redefinir la legitimidad e ilegitimidad de los representantes legales que han sido electos popularmente y a futuro de debe procurar que los sectores sociales que apoyan a candidatos al ejercicio de funciones públicas y privadas, sea porque hay una pertenencia ideológica a intereses de proyectos de país.

Esa es una de las condiciones para que empiece a cambiar el sistema político, por lo tanto la representatividad, legitimidad y transparencia del accionar de los funcionarios públicos a todos los niveles.

También es un proceso cultural que se da con el tiempo, porque la ilicitud ha venido ganando espacio dentro de los valores morales de nuestra sociedad, muchos sectores de la sociedad no rechazan acciones que han ido en contra de lo público y esa laxitud ha permitido los espacios para que se reproduzca la cooptación de instituciones para intereses privados en algunas ocasiones criminales.

Toca recuperar o crear una cultura moral sobre el bienestar general y la responsabilidad pública, la cual está por encima de los intereses privados. Ojala está transición que está viviendo Guatemala permita crear esa semilla y esas raíces de la sociedad, para que amplios grupos sean agentes de este cambio mediante nuevas prácticas ciudadanas democráticas.

Y es complejo en medio de procesos de pobreza, desigualdad, exclusión y tenemos que conciliar crecimiento, desarrollo con más democracia, coyunturalmente hay conflictos en estos caminos, pero es la única manera.

¿Cuál es el papel de la ciudadanía para que esos grandes poderes no perpetúen la cooptación?

Hay varios requisitos, ya hablamos de la concienciación y el rechazo moral, una abolición del clientelismo, pero entre tanto, tenemos que ir reforzando una institucionalidad democrática y estricta en el ámbito público y privado.

¿A qué me refiero? Guatemala ha venido avanzando en un proceso muy interesante de modernización del Ministerio Público, no quiero entrar en el debate del papel de la CICIG, pero es claro que ha sido favorable en esa modernización del análisis de casos de cooptación, captura y criminalidad compleja, lo que necesitamos es seguir avanzando, que nuestro aparato institucional, que no son los gobernantes, ese aparato que permanece, los jueces de la República, fiscales tengan cada vez más la capacidad, voluntad y compromiso de poder investigar hasta las últimas consecuencias los casos que se les presente.

Sin un sistema de justicia que lo podamos robustecer, independiente que sea eficaz, no podremos avanzar hacia que la justicia se vuelva una piedra angular en nuestro Estado, le doy un gran valor a esta modernización de la justicia con jueces independientes, idóneos y bien preparados.

Hay casos de jueces guatemaltecos que están en ello, y creo que hay una posibilidad de cambiar.

Lo otro es un tema educativo que es inevitable, mientras no instruyamos nuevas generaciones públicas y de moral pública más estricta, evidentemente vamos a tener más dificultades de hacer esta transición hacia una democracia verdadera e incluyente.

Por último, hay algo fundamental, si uno ve, estos procesos en nuestros países se están dando mediante las elites, no por medio de la población, se está dando por las cúpulas publicadas y privadas, aquí tenemos que trabajar seriamente hacia una reconfiguración de las elites, son las que tienen mayor responsabilidad para generar unas sociedades más democráticas e incluyentes. Ese es un trabajo que tenemos que ir consolidando, elites transformadoras progresistas, en parte de esas elites está el problema.

¿Quién es Luis Jorge Garay?

Es considerado como uno de los economistas más influyentes en Colombia, sus estudios y profesionalización lo llevaron a desempeñar cargos en entidades académicas, universidades y en instituciones estatales.

Además, ha realizado publicaciones de artículos y libros en los cuales ha dado a conocer el resultado de sus investigaciones sobre diferentes aspectos sociales y económicos, uno de ellos, la captura y cooptación del Estado.

Uno de sus ensayos más destacados fue plasmado en el libro Narcotráfico, corrupción y Estados, en el cual explica cómo las redes ilícitas del narcotráfico y corrupción han influido en el debilitamiento institucional democrático, colocando ejemplos de Colombia, México y Guatemala.

Para leer la entrevista desde el portal web de la La Hora, click aquí.


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